Estudio sobre consumo y percepciones en torno a la energía de la Fundación Colsecor

ANTES QUE TODO Y QUE NADA: EL AHORRO.
¿Qué toman en consideración los y las argentinas al comprar un electrodoméstico?
63% indica que le importa que sea energéticamente eficiente, que ahorre energía
28% que sea barato
27% que no quede obsoleto en el corto plazo,
22% que contribuya a un consumo ambientalmente responsable,
9% que cumpla su función, no le preocupa si utiliza mucha energía,
5% que sea estéticamente lindo
2% que pueda ser reciclado.
7% indica que no compra electrodomésticos.
Que un electrodoméstico sea energéticamente eficiente les interesa, en especial, a las personas de 60 años o más

¿EN QUÉ MEDIDA ESTÁ DE ACUERDO O EN DESACUERDO CON LAS SIGUIENTES AFIRMACIONES?
“En mi casa hablamos y establecemos prácticas de ahorro energético” que cuenta con un 87% de acuerdo (53% muy de acuerdo y 34% algo de acuerdo).
Es notable que quienes están en el rango etario de 60 años o más están significativamente más de acuerdo que quienes están entre los 15 y los 24 años: 93% (63% muy de acuerdo y 30% algo de acuerdo) y 64% (30% muy de acuerdo y 34% algo de acuerdo).

La afirmación “si hubiera créditos o promociones, cambiaría o incorporaría producción energética ambientalmente responsable en mi casa” tiene un acuerdo de 86% (59% muy de acuerdo y 27% algo de acuerdo).

El 84% de las personas encuestadas acuerdan con que “en el país no hay suficiente disponibilidad de dispositivos que permiten adoptar un estilo de vida ecoeficiente” tiene un acuerdo de 86% (59% muy de acuerdo y 27% algo de acuerdo).

Tiene buena aceptación la afirmación “si las personas tienen buena información priorizan consumos de energía ecoeficientes”: 82% de acuerdo (45% muy de acuerdo y 37% algo de acuerdo).

Cuando se indaga sobre la valoración de la afirmación “es muy costoso tener un consumo energético ambientalmente sostenible”, el porcentaje de acuerdo asciende a 79% (47% muy de acuerdo y 32% algo de acuerdo).

Las personas encuestadas manifestaron un 76% de acuerdo en relación a que “la sociedad está avanzando hacia formas de consumo de energía más responsables” (30% muy de acuerdo y 46% algo de acuerdo).

Por último, resulta significativo resaltar que la afirmación “mi consumo energético no va a mejorar ni empeorar la situación ambiental” tiene niveles menos significativos de aceptación: 52% (20% muy de acuerdo y 32% algo de acuerdo), en tanto un 43% manifiesta estar en desacuerdo (20% algo en desacuerdo y 23% muy en desacuerdo).
Las personas jóvenes parecen tener más conciencia sobre cómo su consumo energético impacta en el ambiente que los adultos de 60 años y más.

NO TODOS NI TODAS LAS ARGENTINAS ACCEDEN A TODOS LOS SERVICIOS.
Y MIENTRAS MÁS CHICA LA LOCALIDAD, MENOS ACCESO AL GAS NATURAL.

En tu casa ¿A qué fuentes de energía tenés acceso?
Las tres fuentes de energía a las que más se tienen acceso en las casas en Argentina son electricidad de red (88%), agua de red (72%) y gas natural (60%).
En mucho menor medida se accede a gas en garrafa (35%), petróleo y derivados (nafta, gasoil, 9%), leña (5%), energía fotovoltaica (paneles solares) y biocombustibles (biodiesel, bioetanol y biogas, ambas 1%).
El acceso al gas natural es incremental conforme al tamaño de las ciudades: mientras que en las localidades pequeñas de menos de 10 mil habitantes se indica un 56% de acceso, en las de más de100 mil el porcentaje es de 64%.
Quienes reportan acceder más al gas en garrafa, decrece a medida que las ciudades son más grandes. Así, en las ciudades de menos de 10 mil habitantes, las personas reportan un acceso del 40%, pero en las ciudades de más de 100 mil habitantes el acceso es de 31%. Las personas usan gas en garrafa, principalmente, porque no tienen otra opción (22%), porque es lo que siempre usaron en su casa (12%) y porque es accesible en la zona en la que viven (8%).

El tamaño de las ciudades incide de manera variable: mientras que en las ciudades más pequeñas de menos de 10 mil habitantes el acceso a la electricidad de red y el agua de red es más alto que en las demás, en el caso del gas natural es a la inversa: tiene menos acceso que las ciudades grandes.
De los datos recabados se desprende que a las fuentes de energía más precarias (gas en garrafa y leña) acceden más y son más consumidas en los hogares en las ciudades más pequeñas (ya sea de menos de 10 mil habitantes o de entre 10 y 35 mil), entre quienes tienen entre 25 y 39 años, quienes no han completado estudios secundarios y por las mujeres.

EN EL USO QUE SE LE DA A CADA FUENTE DE ENERGÍA, PARA CALEFACCIONARSE, EL GAS DUPLICA A LA ELECTRICIDAD.
El agua de red es la fuente de energía más usada para cocinar (63%), el gas natural (56%), el gas en garrafa (34%) y la electricidad en red (22%). El uso de la leña para cocinar es bastante marginal: solo el 6% de las personas consultadas declaran usarla para tal fin.
Para calefaccionar las fuentes de energía más usadas son el gas natural (45%), la electricidad de red (23%), la leña (10%) y el gas en garrafa (7%).

Responsables del estudio:
Mario Riorda, Director Maestría en Comunicación Política, Universidad Austral.
Griselda Ibaña, Directora Instituto Federal de Gobierno, Universidad Católica de Córdoba.

Encuesta realizada entre el 11 y el 27 de noviembre de 2022. La recolección de datos se realizó en línea a través de la tecnología CAWI (Computer Asisted Web Interview).
La muestra de localidades se diseñó en 4 estratos no proporcionales, según tamaño de ciudad: 350 casos por estrato aproximadamente (1480 casos). con un margen de error estimado (para P=0,50 y bajo un nivel de confianza del 95,5 %) que no supera el +/- 2,55 % en ningún caso.
La muestra se calibró según parámetros censales de sexo, edad y tamaño de ciudad. La implementación fue realizada por la Consultora Dicen y Proyección Consultores.

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